jueves, 6 de marzo de 2014

La importancia de la vacunacion en los bebés



Los niños necesitan el 80 por ciento de sus vacunas en sus dos primeros años de vida. Esto requiere múltiples dosis de vacunas que se dan a lo largo de cinco visitas a un proveedor de salud. Hay personas que creen que estas enfermedades pertenecen al pasado y que no existe la necesidad de vacunar a sus hijos. 

Las muertes e impedimentos causados por enfermedades que se pueden prevenir con las vacunas, incluso las menos fuertes, todavía se dan lugar en los Estados Unidos cuando incluso estas vacunas están disponibles.

Hay diez enfermedades que se pueden prevenir con las vacunas y que son potencialmente fatales: la difteria, el tétano, la tos ferina, el sarampión, las paperas, la rubéola, el polio, la gripe hemofílica tipo b (Hib), la hepatitis B y la varicela. El tétano mata a 3 de cada 10 personas que la contraen. La difteria mata a una de cada 10. El polio, la tos ferina, el sarampión, la rubéola (el sarampión Alemán), la hepatitis B y un tipo de meningitis espinal son también mortales pero que también se pueden prevenir como el tétano y la difteria.

Mientras más se vacunen a los niños, menos es el riesgo de una epidemia – y menos es el riesgo para aquellos que son vulnerables porque, o son muy jóvenes, o tienen sistemas inmunodeficientes o porque carecen del cuidado médico. Además de proteger a cada niño, las vacunas protegen a la comunidad entera.

En un lugar de cuidado infantil, es extremadamente importante que los padres mantengan a sus hijos al día con las vacunas de sus respectivas edades. Tales lugares normalmente alojan a niños de diferentes edades y los niños más jóvenes dependen de que los más mayores estén vacunados para que así ellos estén protegidos. Incluso los bebés que están al corriente con sus vacunas dependen de que el resto de los niños estén vacunados porque algunas vacunas como el sarampión y la varicela, no pueden ser administradas hasta el primer año de edad y algunos niños requieren múltiples dosis hasta que desarrollen total inmunidad. Cuando los padres eligen no vacunar a sus hijos, tal decisión no sólo afecta a sus hijos sino también a cada niño el hogar o en el centro. Un niño que no tiene la protección de las inmunizaciones se puede convertir en un portador mortal de una enfermedad que bien se puede evitar.

A menudo, cuando los niños no están vacunados, pueden repetirse las epidemias. Por ejemplo, una causa importante de la epidemia del sarampión de 1989-1991 fue el no haber vacunado a los niños a tiempo de 12 a 15 meses de edad. Esta epidemia afectó a más de 55,000 personas en los Estados Unidos; unos 11,000 fueron hospitalizados y aproximadamente 120 murieron. Más recientemente, brotes de rubéola y, de nuevo, de sarampión han ocurrido en partes de los Estados Unidos.

Para mantener un ambiente sano y saludable para los niños, asegúrese de que todos ellos estén al día con sus vacunas. Los niños más nuevos deben tener su historial de vacunas cuando se registren. Estos historiales deben ser revisados todos los años en septiembre con sus padres para ver que cada niño esté vacunado en su totalidad correspondiente a su edad. (A los niños que tienen 20 meses de edad se les debe revisar de nuevo en marzo para ver si responden a los requisitos de edad específicos. En este caso, no se necesita revisar los historiales hasta el kindergarten).

Finalmente, manténgase al día con sus vacunas. Las vacunas no son sólo para los niños.

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